Llegué hace un par de semanas de Berlín, una ciudad que, pese al ambiente sombrío y lluvioso de un invierno nórdico, grita al mundo su pasión por la libertad, su emoción, indescriptible, porque el sueño de salir de un entorno hostil y triste en el que estaban inmersos, se hizo realidad hace 20 años, con la caída del muro, en una fecha, 9 de Noviembre de 1989 que ha marcado la historia con un antes y un después.
Muy cerca de la Puerta de Brandenburgo, el monumento convertido en el símbolo de una apuesta rotunda por un mundo sin fronteras ideológicas, la antigua parte oriental de Alemania, se ha transformado en un lugar con edificios ultra modernos, empresas llenas de actividad, síntomas evidentes del gran salto hacia la sociedad libre que hoy preside la actividad de este lugar tan especial.
En esta zona moderna, rebosante de vida, nos reunimos más de 400 delegados entre consultores, inversores de propiedad, editores, compañías de marketing, firmas de comunicación, proveedores, bancos internacionales, presidentes, de compañías o de escuelas de negocios especializadas en fashion management, altos directivos y fabricantes pertenecientes al mundo de la moda y del lujo. Todos convocados por la famosa periodista del Herald Tribune: Suzy Menkes, en torno, en esta edición, a un tema apasionante: “Techno Luxury”, es decir, lo que supone la Tecnología en ese inmenso panorama del lujo y de todo lo que se engloba bajo el inmenso paraguas del estilo de vida contemporáneo
Estas reuniones nacieron el mismo año, 2001 en el que echaba a andar el ISEM, la Escuela de Negocios en gestión de Moda que presido. Recuerdo la primera edición que se celebró en París, donde tuvimos la oportunidad de escuchar y de cambiar impresiones con los genios del momento, desde Armani a Ralph Lauren, Tom Ford, o Bernard Arnault, que a lo largo de día y medio volcaron sus trayectorias, forjadas a base de ingenio, talento y muchas horas de trabajo.
Han pasado apenas diez años y esta conferencia emblemática para quien pretende estar al día en este sector de la industria, ha recorrido países estratégicos- Moscú, Dubai, Estambul o Nueva Delhi, para analizar diversos aspectos de este universo que se mueve en torno al lujo, hasta recalar en Berlín, el lugar idóneo para poner un punto final y un punto de partida a la primera década del Siglo XXI-
En uno de los descansos entre dos conferencias, pregunté a Suzy Menkes su punto de vista sobre el leit motiv de este encuentro. “Partiendo de la base de que la tecnología y la industria de lujo chocan, me dijo, la tecnología no sólo afecta a la venta al por menor y a la logística de cadena de suministro, sino también a la creatividad y hay que ponerse al día de lo que ocurre". Hay una gran expectación por conocer la influencia de las nuevas tecnologías, valorar hasta qué punto influyen en los diseñadores y qué ventajas ofrece todo esa nueva forma de enfrentarse con este negocio".
Después de escuchar semejante enfoque fue interesante escuchar los puntos de vista de los jóvenes directores creativos de grandes firmas como Burberry, Prada, Gucci, pasando por el Director Financiero del grupo Richmont que captan a fondo lo que aportan estas redes sociales.“¡No hay que tenerles miedo, afirmaba Christofer Bailey, que pasó hace pocos meses de diseñador de Burberry, la tradicional firma inglesa, a ser su Director Creativo. Un tipo que a sus 37 años, disfruta y saca el máximo partido con la cercanía al consumidor que le proporciona la red. “Mis creaciones se incorporan a la vida de los usuarios, no se les impone”. Razón que se escuchó más de una vez a lo largo de las distintas ponencias. Una mujer Uché Okonkwo, de rasgos y nombre orientales, Fundadora y Directora Ejecutiva de la consultora de Lujo Luxe corporation, siempre en contacto con las grandes firmas internacionales, ha puesto en marcha el club ejecutivo el Club e-luxe, para los profesionales del e-business. A partir de estos estudios planea las estrategias y sistemas necesarios para optimizar el luxury online. Después de una ponencia, en la que llenó las pantallas de datos y cifras de audiencia on line, que rayan en lo increíble, dijo como resumen: “Hay que usar el cerebro para controlar los medios electrónicos, y evitar que nos anulen. Hay que tomar precauciones para que ese choque entre el lujo tradicional, por muy renovado que se presente y las nuevas tecnologías con su ritmo imparable, no nos arrastren sin rumbo al ciber espacio de las redes sociales. Hasta ayer los clientes eran un buen puñado de seres humanos. Hoy han pasado a ser cifras anónimas, usuarios que se cuentan por billones, a los que se añaden un par de ceros por minuto.
A media tarde necesitábamos respirar un poco de aire e incluso sentir que la lluvia era algo real y no virtual. Como niños que se escapan del cole, nos fuimos a la “isla de los Museos” para recorrer el de Pérgamo, una de las joyas de la Humanidad.
Con aquel baile de cifras y datos futuristas en la cabeza la contemplación del Altar de Mileto, del año